La música de los Kechwas lamistas.

Registros sonoros de comunidades nativas de Lamas

 

Por PERCY FLORES NAVARRO

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Notas incluidas en el disco La Música de los Kechwas lamistas

La provincia de Lamas se encuentra ubicada en el norte del departamento de San Martín, y allí existen diversas comunidades nativas pertenecientes a la cultura Kechwa o Kichwa, como se identifican algunas de ellas. Esta cultura ha sido uno de los focos más influyentes a lo largo del territorio amazónico respecto a sus expresiones culturales. Es necesario resaltar que tanto la selva como las otras regiones del país, han pasado por un complejo proceso de colonización por parte de los españoles. De la misma forma, durante los siglos consiguientes, las colonizaciones se harían una práctica frecuente por parte de otras culturas hegemónicas del continente europeo y norteamericano, y la selva estaría en el ojo de la tormenta por sus vastos recursos naturales.

En el caso de la cultura Kechwa lamista de San Martín, esta no solo ha sido víctima del poderío militar español a finales del siglo XVII, también de enfermedades, epidemias derivadas del encuentro con culturas, sometimientos con desenlaces trágicos por parte de las misiones evangelizadoras, explotación durante las épocas del caucho y el petróleo, entre otros acontecimientos calamitosos. Pese a todo esto, esta cultura ha logrado salvaguardar parte de sus tradiciones entre sus habitantes, puesto que han ido legando la información de generación en generación. Es así que, actualmente ellos tienen un conglomerado de conocimientos sobre las plantas medicinales, gastronomía, alfarería, música, etc.

La presencia de la música Kechwa lamista en la industria de la música grabada, inicia -de manera insólita- con los músicos mestizos de las ciudades más cosmopolitas de las regiones de Loreto y Ucayali. Uno de los músicos pioneros en grabar y crear melodías influenciadas por esta tradición, fue el quenista Andrés Vargas Pinedo. Como él, muchos músicos de otras regiones, viajaron a Lamas para nutrirse de la música tradicional y difundirla a través de álbumes producidos en la capital del país. Sin embargo, esto no fue exclusivo de los músicos provenientes de otras regiones, puesto que en Lamas capital, cohabitan hasta el día de hoy, dos pueblos: en la parte baja se encuentra el pueblo nativo, y en la parte alta, el pueblo mestizo. Entonces, los músicos mestizos visitaban también a los músicos de la comunidad nativa, con el fin de aprender sus ritmos y melodías, y posteriormente, las interpretaban en las fiestas de carnavales, fiestas patronales -teniendo en cuenta que comparten a la santa patrona-, o celebraciones sociales afines, esto último desde mediados del siglo XX.

Llama la atención que los músicos Kechwas de las comunidades nativas, no han tenido mucha presencia en la industria de la música grabada de finales de la década del sesenta, por el contrario, gran parte de estas grabaciones han sido hechas por músicos mestizos, y además, con esta práctica estos últimos han generado un estilismo a través de la composición y la interpretación, mutando así los contextos originales, lo que ha provocado cierta confusión respecto a los géneros musicales existentes, además de un exiguo registro de compositores e intérpretes, etc. Finalmente, es preciso recalcar que la denominación de ¨música típica de la selva¨, se dio por parte de los sellos discográficos de la capital, arquetipo afín a las músicas tradicionales de otras regiones del país.

Respecto a la música tradicional de Lamas, esta estuvo inmersa en los diversos procesos de modernización, al mismo tiempo que otras culturas se acercaban a ella a medida que transcurría el tiempo. Por ello, es difícil tener un panorama exacto acerca de qué es la música pura u originaria de los Kechwas lamistas. Sin embargo, hasta la actualidad se mantienen algunos vestigios de las expresiones musicales y danzarias precoloniales, que los diferencia de otras culturas amazónicas.

El conjunto típico Los Abuelos del Wayku, se formó como parte de un colectivo de músicos, danzantes y artesanos, que se reunían por costumbre en la Plaza de la comunidad nativa del Wayku (hoy Centro Poblado). Sin embargo, la autonomía de este conjunto típico no fue absoluta hasta su formación oficial a finales de 2017, como parte de la grabación de un primer material discográfico, titulado como ¨La música de los Kechwas Lamistas¨, y publicado al año siguiente en plataformas virtuales, como un primer volumen recopilatorio de música tradicional y popular de las comunidades nativas de Lamas. Este trabajo fue producido íntegramente por quien escribe. Además, todas las grabaciones de campo, tanto en audio, en vídeo y tomas fotográficas, fueron introducidas al repositorio del Instituto de Etnomusicología de la PUCP, iniciando así, la Colección Percy Alexander Flores Navarro.

Entonces, para dichos propósitos, realicé un proyecto de investigación que se empezó a ejecutar a finales de 2016. Los distintos viajes realizados a las diversas comunidades nativas de la provincia de Lamas, han dado luz para que se logre recolectar información acerca de los géneros musicales, los contextos en los cuales estos se interpretan, las adaptaciones de música popular contemporánea, el uso de los instrumentos musicales, etc. Así, logré identificar más de diez géneros musicales que fueron registrados en audio. Entre estos géneros musicales, se encontraría un ejemplar del Chimayche o Chimaychi, que no es más que la adaptación del huayno, producto de las migraciones andinas y costeñas a la región San Martín. Además, registré un ejemplar de la Pandilla selvática, que forma parte de un contexto patronal. Sin embargo, musicalmente, este género mantiene una estructura de tres partes o aires, que se diferencian a través del intercambio de patrones rítmicos, como también de variaciones melódicas y de velocidad, según se desarrollan los eventos de la fiesta misma. Finalmente, géneros musicales que forman parte de los rituales Kechwas y religiosos también se han registrado, es el caso de la Kajada o Cajada, Sitarakuy o Citaracuy, entre otros.

Es necesario tener en cuenta, que muchos géneros de la música popular de mediados del siglo XX, han sido adaptados por los conjuntos típicos de las comunidades nativas, debido a los procesos de modernización y sobre todo, la circulación cultural a través de las migraciones foráneas a la región San Martín. Por ello, algunas de las músicas que estos interpretan son adaptaciones directas del Rock and roll, la Polka, la Marinera Norteña, entre otros. Es preciso mencionar también que, debido a la influencia de la religión católica, se interpretan un cúmulo de villancicos que muchos de ellos son instrumentales, como también otros son cantados tanto en español como en su lengua originaria, a vísperas y durante nochebuena, dedicados al niño Manuelito (surgido en 1972, durante el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas del General Juan Velasco Alvarado, como una intención de peruanizar al niño Jesús). Es importante aclarar también, que la vida misma en las comunidades nativas ha sufrido diversas alteraciones en lo que respecta a costumbres y comportamientos, producto de estos procesos.

Entonces, el presente material fonográfico es la continuación de dicha investigación, y por ende, contiene también más grabaciones hechas in situ, puesto que se registraron durante las salidas de campo en estos últimos tres años. Se debe aclarar que no son audios grabados en sus contextos específicos, es decir, captados en campo abierto a través de grabadoras portátiles y durante el desarrollo de ciertos rituales, por el contrario, he trasladado parte de mi estudio de grabación a la locación, múltiples veces.

Una de las primeras sesiones de grabación, se dio en la casa de uno de los músicos más longevos del Wayku, nos referimos al señor Pedro Cachique. Ya en casa de este, procedí a instalar algunos equipos y preparar la grabación. Dado que el músico en mención ejecuta únicamente el rondín o armónica, se procedió a registrar solo sus interpretaciones. Él refiere que sus “tonadas” tienen un contexto en específico dentro de la vida del hombre Kechwa lamista: el enamoramiento.
Esta grabación fue hecha en una sola toma durante la sesión y con un tiempo aproximado de treinta minutos de registro. Posteriormente, tuve que separar tema por tema de acuerdo al título de tonada 1, 2, 3, y así, sucesivamente.

Dos años después, sorteando las cifras en descenso de los contagios y muertes por Covid-19, se hizo las coordinaciones para reunir al ya formado conjunto típico Los Abuelos del Wayku. Estas coordinaciones se dieron con semanas de anticipación, ya que estos músicos y parte de la población Kechwa lamista vive en distintas comunidades nativas, e inclusive en chacras aún más alejadas de estas comunidades. Por ello, se necesitó el apoyo de ciertos mediadores.

Una vez reunidos todos en el Centro Poblado del Wayku, se procedió a trasladar los equipos de grabación a la casa del músico típico Daniel Sangama, específicamente a la sala de esta. La alimentación de los equipos electrónicos no fue un problema, como lo era hace algunos años, debido a que no todas las familias en el pueblo pueden costearse los gastos que genera el fluido eléctrico propio.

Inicié la instalación de los equipos de grabación como computadoras portátiles, interfaces, micrófonos condensadores y dinámicos, etc. Mientras tanto, el conjunto típico ensayaba parte de las piezas a interpretar más tarde. Después, procedí a entrevistar a los músicos del conjunto típico antes de iniciar la grabación. Debido a la información que ya manejaba respecto a la vida de estos y la música que interpretan, volví a repetir la entrevista después con más detalle, esta vez con soporte audiovisual, lo cual es una ventaja de nuestros tiempos.

Antes de iniciar la grabación, hice una lista de géneros musicales que se debían interpretar, es así que, se dividió la lista por géneros de música popular y tradicionales. Así, se podría tener conocimiento de las músicas existentes, como también una escucha de las hibridaciones que han se han producido en tiempos globalizados.

El conjunto típico Los Abuelos del Wayku empieza a tocar y el ambiente se convierte en una caja de resonancia que se expande frente a la eterna comunidad nativa del Wayku. Las frecuencias graves del bombo solo son audibles cuando uno está presente; solo el tambor típico se puede escuchar incluso a más de tres cuadras, y además saber quién lo toca. La quena muta en su rango de altura una y otra vez, con tantas ornamentaciones que han servido de inspiración a los músicos eléctricos de toda la región amazónica.

Los músicos han interpretado una selección de varios géneros populares y tradicionales, acordados algunas horas previas al inicio de la grabación. Es necesario aclarar que, estos conjuntos también interpretan la cumbia amazónica, que en otras regiones de la selva tiene por nombre movido típico y generan sus respectivas variaciones rítmicas y melódicas que son parte del estilo de cada conjunto típico. Luego, inicia el género Pandilla. Esta forma musical en específica, se ha extendido a diversos contextos festivos, no solo patronales, sino también en los carnavales donde se realiza el corte de la Humisha. Posteriormente, la forma musical conocida como Bombo-baile, es ejecutada como clímax musical a la hora del Pato Tipina, o también conocido como Jala Pato. Luego, el género Raspa Raspa que no es más que la adaptación de la Polka que, al mismo tiempo también tiene una adaptación particular en lo que respecta a los movimientos corporales en la danza. Finalmente, el Twist afroamericano que deriva del Rock and roll. Esta última adaptación es la más reciente, puesto que los músicos refieren que lo aprendieron a inicios de los años sesenta, a través de las olas migratorias extranjeras a la región y por la apertura de la primera emisora de radio en Tarapoto.

Pronto y sin descanso, se da inicio a las grabaciones de música tradicional. Raudamente, los músicos toman algunos macerados para ¨tener energía¨, dice el ¨tamborista¨ Remigio Sangama. Estos macerados -o comúnmente llamados tragos exóticos en las ciudades selváticas- son el Ajiacho, el Indanachado y la Chuchuwasha, de preferencia.

Entonces, el músico más longevo del salón, Medardo Cachique evoca los carnavales que le permiten su memoria y empieza a tocar las melodías con su inseparable yupana hecha de carrizo que, solo se encuentra en las profundidades de la selva. Adicional a esto, toma su armónica, o también llamado como rondín e interpreta las melodías que suenan en el ritual del enamoramiento a la mujer Kechwa lamista.

De modo idéntico, Reynaldo Amasifuén toma su pífano -que fue fabricado siguiendo un ritual de abstinencia- y su tambor didín, que refiere el nombre es por el sonido que emite. Ejecuta una tonada sagrada, ya que solo se interpreta durante la velada de la virgen Santa Rosa. Este género musical es la Adoración, y como ya se ha mencionado, pertenece a un contexto religioso. Sin embargo, este acontecimiento también coincide con la cosecha más grande de algodón y café en toda el área. Después de esto, se interpreta el género musical conocido como Kajada o Cajada, vinculado a este mismo contexto. Misael Amasifuén y los demás músicos acompañan al ¨pifanero¨ para interpretar dicha forma musical, donde los tambores o ¨cajas¨ resuenan junto a las Shacapas (semillas secas unidas por una hilera). Esta música conduce una danza del mismo nombre y con una coreografía que se desarrolla de forma circular. Las mujeres casadas participan con sus vestimentas de gala, compuesta de polleras y pañuelos, collares de mullos y peinetas, fruto del encuentro de diversas culturas. Ellas danzan con saltos y dando vueltas. Los músicos replican también la coreografía. Hasta este punto, debo precisar que los danzantes varones usan pañuelos en la frente, usan la camisa conocida como filabotón, usan el chumbe y además, visten animales disecados como loros, monos, serpientes, etc, todos ellos sobre el cuerpo.

Apenas se anuncia el fin de la sesión, los músicos celebran consumiendo sus bebidas y compartiendo algunas de sus anécdotas en las chacras o en alguna reunión de la comunidad, al mismo tiempo que alistan sus instrumentos para dirigirse a sus respectivas comunidades nativas que, por lo general, les toma entre una a dos horas. Mientras tanto, yo agradezco y brindo junto a ellos con un poco de Chuchuwasha, para recargarme de energía y así continuar mi labor de investigación a lo largo de la nación Kechwa.

Mas info: https://centralamazonica.pe/lanzamientos/la-musica-de-los-kechwas-lamistas-ca/